¿Qué es la desalación?
La desalación es un proceso por el que se separan las sales de una disolución acuosa para poder disponer de agua dulce para uso humano. Normalmente se emplean aguas marinas o salobres provenientes de acuíferos salinos. El principal método de desalación empelado en la actualidad es la ósmosis inversa (proceso de desalación por membrana) que obtiene unas tasas de salación del 45% y la mejor relación calidad del agua/costes de implantación y funcionamiento.
La captación de agua
Como su nombre indica, este es el proceso por el agua es tomada desde la fuente y transportada hasta las instalaciones de la planta desalinizadora. Existen varios tipos de captación, cada uno con sus ventajas y desventajas, si bien el sistema de captación denominado ‘abierto’ es el de uso más extendido. Presenta desventajas por vulnerabilidad frente a vertidos y contaminaciones en comparación con otros métodos como las captaciones por pozos o drenes horizontales, pero en cambio tienen una mejor garantía del caudal de suministro/producción.
El agua captada para desalación no debe tratarse directamente.
El agua salada o salobre debe recibir una serie de pretratamientos para adecuar las características físico-químicas y biológicas para su adecuado tratamiento en el proceso de desalación. Con ello, se logra reducir o eliminar riesgos como la corrosión o las incrustaciones que pueden incurrir en el deterioro de los equipos e instalaciones.
El proceso de desalación por ósmosis inversa
En esta metodología, el agua salada/salobre pretratada se hace pasar a través de una serie de membranas semipermeables en las que, aplicando grandes presiones, se consigue la circulación del agua al otro lado de la/s membrana/s, dejando atrás una salmuera con una alta concentración salina. Se obtienen por lo tanto dos corrientes: el agua dulce desalada y la salmuera.
¿Una vez acabado el proceso de osmosis inversa se puede consumir el agua?
El agua dulce recibe tratamientos posteriores de remineralización para recuperar parte de las sales minerales que inevitablemente quedaron retenidas en la salmuera y se almacena posteriormente en depósitos desde los que se envía a la red de distribución. Por otro lado, la salmuera debe ser reacondicionada (diluida) para evitar posibles daños al ecosistema cuando es devuelta al mar.